Real Decreto 28/2018: Adiós a las ayudas a la contratación
En los momentos de crisis que se han vivido en nuestro país los niveles de desempleo han alcanzado cifras muy elevadas. Por ello, desde el Gobierno se llevaron a cabo diferentes medidas que pudiesen incentivar la creación de puestos de trabajo gracias a estas ayudas a la contratación.
Dentro de estas medidas una de las que han venido usando las empresas son las ayudas a la contratación, tanto de forma indefinida como con otras modalidades de contrato. Algunas de estas medidas estaban enfocadas a la contratación indefinida de jóvenes para proyectos de emprendimiento a las que se pueden acoger los autónomos, las microempresas y los emprendedores. Así como contratos con vinculación formativa.
Derogación de ayudas a la contratación
La ayuda a la contratación ha supuesto una oportunidad para fomentar la contratación indefinida de jóvenes con menos de 30 años y desempleados. Además, con las distintas bonificaciones para contratos con vinculación formativa, ha facilitado la entrada de jóvenes al mundo laboral. Sin embargo, el gobierno ha promulgado el Real Decreto Ley 28/2018 por el que queda derogada esta ayuda y elimina diferentes bonificaciones.
En su momento con esta ayuda se pretendía conseguir una financiación parcial de las pensiones públicas obteniendo recursos de otras partidas que benefician a las empresas pequeñas.
Otras de las medidas que han sido derogadas con la entrada en vigor del Real Decreto han sido los contratos de apoyo a emprendedores, contratación parcial con vinculación formativa, el indefinido de joven por microempresa, contratos de nuevos proyectos de emprendimiento joven o contratos de Primer empleo joven.
Lo que se busca con estos cambios es lograr reducir los niveles de desempleo, pero con medidas que permitan mantener esta situación durante periodos largos de tiempo, facilitando así que los niveles de desempleo se reduzcan. Aunque la realidad es que, en el primer mes de vigencia, añadido a la subida drástica del salario mínimo, se han destruido más de 200.000 empleos.
A su vez se derogan los incentivos a los contratos en prácticas, que dejan de ser bonificadas las cuotas de seguridad social.
Por otro lado, el contrato de formación y aprendizaje solo se podrá realizar con trabajadores menores de 25 años y se deroga igualmente la ayuda de acompañamiento vinculada a los mismos.
A pesar de la derogación de las bonificaciones, éstas se mantienen para los contratos que han sido suscritos con fecha anterior al 1 de enero de 2019.
Consecuencias de la eliminación de estas ayudas a la contratación
La publicación del Real Decreto Ley 28/2018 de ayudas a la contratación supone un freno importante para la contratación de estos colectivos que ya no encuentran la motivación o justificación para llevar a cabo contratos en esta modalidad.
La principal motivación que, supuestamente, ha llevado al Gobierno a la eliminación de estas ayudas a la contratación ha sido la falta de utilización; el número de contratos organizados al amparo de esta medida han sido reducidos. Aunque los datos quizá digan otra cosa.
Una de las medidas que han sido derogadas con la entrada en vigor del Real Decreto han sido los incentivos para el emprendimiento joven que implicaban una reducción del 100 % de la cuota por contingencias comunes del trabajador durante el primer año de actividad.
Esta ayuda contemplaba unas condiciones que a veces no la hacían sostenible a lo largo del tiempo. Esto es así porque las condiciones para beneficiarse de la ayuda establecían un periodo de prueba de un año, así como el hecho de que trascurrido ese primer año el empresario podía prescindir del trabajador sin necesidad de indemnizar con ninguna cantidad.
Se trata, por tanto, de una medida que aunque ha supuesto realmente un incentivo a la contratación de personas con necesidades como jóvenes menores de 30 en algún momento, también ha generado cierta incertidumbre y dudas sobre la sostenibilidad a largo plazo de estas medidas.
Lo que se busca con estos cambios es lograr reducir los niveles de desempleo, pero con medidas que permitan mantener esta situación durante periodos largos de tiempo, facilitando así que los niveles de desempleo se reduzcan. Aunque la realidad es que, en el primer mes de vigencia, añadido a la subida drástica del salario mínimo, se han destruido más de 200.000 empleos.
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